Monday, June 28, 2010

arte: adam dallos

Desde Hungría, Adam Dallos y sus desnudos masculinos:


Una palabra: épatante










http://adamdallos.com/



Monday, June 21, 2010

arte: warhol


Unas joyitas warholianas que me encontré en la web:

Andy Warhol (1928 - 1987)
Sex Parts, 1978
6 Silk screen prints on paper, 31" x 23", (10 of 30)
Leslie-Lohman Gallery Collection
© 2002 Andy Warhol Foundation for Visual Arts/Artist's Rights Society (ARS)









"Las diferencias entre erotismo y pornografía pueden ser sutiles, de grado, pero se puede plantear que la especificidad de la pornografía, en su accionar mecánico y serial, radica en su ámbito de circulación como objeto básicamente mercantilista de la sexualidad, donde los sujetos son apreciados como meros objetos de goce, sin hacer énfasis en los rasgos de su personalidad..."

Algo hay de cierto.

Sunday, June 20, 2010

la cebra



Como historiador de arte, busco analizar en las representaciones visuales de la figura masculina aquellos trazos que encarnen la probabilidad de lo queer. Sin caer en los clichés del arte gay, cualquiera que sea la definición que demos quienes lo estudiamos, analizo las representaciones y contra-representaciones de una disidencia sexual, a veces tácita, a veces flagrante, en el arte moderno y contemporáneo.

En este tenor, este fin de semana al ver Las simples cosas de la Compañía de Danza Gay La Cebra tuve una epifanía. Cada día me convenzo más que el cuerpo, desde sus múltiples concepciones, es la herramienta más util, más certera, para expresar, para rebatir, para refutar, para disentir. Los movimientos de los bailarines, las cebras, en coordinación con la música de Chavela Vargas, me obligaron a ver en sus cuerpos esa voz radical, esa insistencia en la diferencia, esa manera de ser y no ser, y estar perfectamente contentos de ello. Las cebras hicieron de su cuerpo un mélange de joterías y seriedad, composiciones kitsch y cuadros dramáticos que me sonaban tan cerca, tan de todos. Reconocí en sus movimientos la capacidad del cuerpo de resemantizar nuestras más enraizadas construcciones culturales: el del cuerpo masculino y lo que (no) puede hacer/llegar a ser...

www.lacebradanzagay.com

Saturday, June 19, 2010

schadenfreude


At times, tender and crude. Always fluid. It comprises a series of voices telling the story of a nerd on the quest for that mysterious thing called love. One might think that the countless references to sci-fi heroes and themes, his failed attempts at hooking-up and the ensuing reclusion into a world of fantasy make up for the character's lack of an open cultural and political stand. The opportunities are numerous, however. The story unfolds in turbulent political times, both in the USA and the Dominican Republic, culturally charged territories that seem to pass unnoticed by Oscar Wao as he strategizes on getting thin and falling in love. Everybody else has something to say about the Trujillato, that despicable dictatorship in the DR. Everybody has something to say about life in the USA for newly arrived immigrants. Except him. In the end, he is only the result of what everybody, including Tolkien, wanted him to be.

It is also the story of a family joined by a common vision of the world, one that goes on from generation to generation, and which dictates the misfortune of its family members. Some sort of karmic science, a fantastic disposition towards the inexplicable, the so-called fukú. The different narrators succeed in building the story, all from different perspectives, different times, different places. And in all of them, there is a sense of doom, of tragedy that Oscar meets and accepts, although at times, reluctantly. His embracing of its sad faith is heroic to the point of cheesy-ness, the rather unpredictable end of the story is relieving as many stories with geek stories tend to move towards the redemption of the protagonists by means of a self-discovery complete with coolness and umph. Oscar Wao waddles in melancholy, impotence, and a sense of humanity that made me stop reading from time to time to reread that sentence, to replay the scene in my head. It is humorous,too, so much that sometimes I would reprimand myself for doing so at moments where tragedy and comedy would meet.

In fact, I learned a new word thanks to Oscar Wao: Schadenfreude, pleasure derived from the misfortunes of others. It has become of my favorites.

Monday, June 14, 2010

el abandono

Abandoné a Antonio Lobo Antunes un miércoles de mayo al caer la noche. Sin pensar (o quizá como resultado de la sobre-racionalización habitual), sin querer darle mayor importancia, lo abandoné a su suerte apenas sintiendo un gramo de culpa, otros dos de desfachatez y casi nada de cinismo. Sentí alivio al dejar atrás el lenguaje freudiano, la multitud de voces, el caos linguístico que rompía con todas los formalismos literarios que, después de una hora, me provocó una jaqueca leve y duradera. Ya ni el espresso (mal) cortado pudo apaciguar el sonidito que me taladraba las sienes. Culpo a Antonio Lobo Antunes por la repetición exacerbada de imágenes perturbadoras con tufos siconalistas, solamente por eso.

¿Qué haré cuando todo arda?, me preguntaba.

Tal vez Junot Díaz pueda responder...

Monday, June 7, 2010

attila et le silence



S'éloigner approche? S'approcher, éloigne?
J'arrive pas á trouver le juste milieu
Walden







Hay algo en las repeticiones de Attila Richard Lukacs que siempre me mantendrá regresando por el "último vistazo". La simplicidad de la composición, la nostalgia de la polaroid, la honestidad del cuerpo y la mirada de un artista que me hace ver y volver a ver hasta perder consciencia de mis propios ojos. Como estudios iniciales de lienzos, las polaroids son simplemente geniales. Hay una dinámica efectiva entre la división formal de las imágenes y la expresión corporal de los sujetos; una sutil poética del cuerpo erótico y la tradición de la historia del arte.




Attila Richard Lukacs, Polaroid Studies for Paintings 2006-2008

Friday, June 4, 2010

indefatigably

Necesito aprender a decir que no.

No a las bocas que se ofrecen a distancia. No a los libros que, después de la tercera página, me orillan a leerlos por mera obligación. No al consumo excesivo de azúcares y, de paso, la traicionera necesidad de ser estrujado en sueños.

Necesito decirle que no a los de mi propia especie:

I am an indefatigable daydreamer. I ought to stop imagining him.