Tuesday, May 17, 2011

arte: de nuevo el gabo.

Es laberíntico. Inexorable. Exquisitamente poético y temerariamente violento. Histórico y ficticio. Verborreico hasta la coronilla y sin embargo contiene todas las palabras necesarias. Es un libro de amor y de tiranía. Es un recital de cariño y un epílogo del abuso. Así es El otoño del patriarca, uno de los mejores libros del Gabo. Confieso que el señor es uno de los santos más distinguidos en mi altar (con todo y su homofobia encarnizada) y que este libro me dejó trastornado. Descuajaringado. Ni Cien años de soledad me provocó tanta cosa en la cabeza. Tal vez Del amor y otros demonios y, definitivamente, El amor en tiempos del cólera. Pero El otoño del patriarca es perfecto. Perfecto en la pluralidad de voces que nos cuentan la historia (y ninguna de esas voces es la de Gabo), en el dolor bien narrado de todas las muertes y asesinatos y abusos y desamores y contrariedades de la vida y la realidad. Perfecto a pesar de casi nunca utilizar el punto y seguido ni las sangrías pues el texto fluye como un río de frases que se alargan, se van y vienen y trastocan doscientos treinta y tantos años de historia contenidos en cuatro capítulos de doscientas sesenta páginas en total.

Aparte, es el primer libro cuyo potencial homoerótico y riqueza de "mariconerías" es amplio y polémico. Una joyita, pues.

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